Los daí±os y perjuicios por venir del Tren Maya

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Necesariamente Incómoda

**Empezó la limpieza de las ví­as en Palenque
**Daí±os medioambientales, fiscales, se empiezan a ver
**Familias de Campeche serán desplazadas

Graciela Machuca Martí­nez
Los trabajos de limpieza previos a la construcción del Tren Maya, en su primer tramo, ya empezaron el pasado 4 de mayo con algunas decenas de trabajadores y escaza maquinaria por parte de la empresa Coyactoc Construcciones, la cual tiene el compromiso de limpiar el derecho de ví­a de 27 kilómetros del extinto Tren Chiapas-Mayab. El costo de estos trabajos que pagará directamente Fonatur es de 27.6 millones de pesos.
El compromiso de esta empresa es quitar la vegetación que ha crecido sobre las ví­as y ambos lados a lo largo de 27.4 kilómetros del tramo 1 Palenque-Escárcega. El inicio de los trabajos está a ocho kilómetros de Palenque.
La empresa Nexumrail limpiará 14 kilómetros entre Arellano y Mucuychakan, en Campeche, para la segunda sección. Estas acciones de limpieza deberán concluir el 27 de mayo.
Como ya he comentado en este espacio, el gobierno federal ya licitó los tramos uno y dos de la obra y ya se analizan 16 propuestas para la construcción del tramo tres.
El 28 de abril Fonatur difundió que llevó a cabo la recepción y apertura de propuestas para la licitación pública internacional abierta del Tramo 3 del Tren Maya, durante la cual se recibieron 16 ofertas técnicas y económicas.
El tramo 3 recorre aproximadamente 172 kilómetros, desde Calkiní­, Campeche hasta Izamal, Yucatán. De acuerdo al calendario establecido, se emitirá el fallo el 15 de mayo y se anunciará el consorcio que presente la mejor propuesta. Se iniciarán obras de construcción el 25 de mayo con la autorización de la autoridad de salud.
Capitalistas nacionales y extranjeros se han unido con la intención de construir una de las obras más grandes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Las ganancias de estos empresarios se están definiendo, así­ como el beneficio social y económico para el sureste del paí­s, sin embargo, aun el gobierno federal no ha explicado como afrontará los daí±os y perjuicios que tendrá la obra en diversas localidades donde cientos de familias serán desplazadas, así­ como los impactos en el medio ambiente, al patrimonio cultural de la zona, así­ como a los derechos agrarios de miles de familias indí­genas.
Esta obra, a pesar del discurso polí­tico que la justifica, se realizará con reglas del mercado neoliberal y por ende, los más afectados serán las familias pobres que serán desalojadas de sus viviendas, el medio ambiente, los vestigios arqueológicos y los derechos de los auténticos propietarios de la tierra.
Un artí­culo publicado por Greenpeace bajo el tí­tulo: Tren Maya, ¿cómo afectará el medio ambiente y los derechos de las comunidades? cuya autorí­a es de Joselyn Soto, fechado el 27 de abril pasado, sostiene que el Tren Maya, ”uno de los proyectos de inversión insignia de la actual administración federal, no tiene la aprobación de varios sectores sociales, entre ellos de las comunidades que se verán directamente afectadas, porque no se les ha informado debidamente sobre los impactos medioambientales que traerờ. https://www.greenpeace.org/mexico/blog/4419/tren-maya-como-afectara-el-medio-ambiente-y-los-derechos-de-las-comunidades/
El artí­culo precisa que de acuerdo con un informe técnico que realizó la Cámara de Diputados en septiembre de 2019 sobre el Tren Maya, ”no hay información suficiente para establecer un grado del daí±o medioambiental pero, de acuerdo con su análisis, las afectaciones que podrí­a presentar este proyecto (como lo harí­a cualquier otro) serí­an pérdida de vegetación por el desmonte y el despalme; y la pérdida de productividad del suelo a causa, entre otras cosas, de la compactación que genera el tránsito de maquinaria durante la construcción y de las vibraciones que se producen con el tránsito de trenes».
Según la ficha técnica, la hidrologí­a también podrí­a sufrir daí±os tanto a nivel superficial como subterráneo, y cambios en las corrientes naturales de las aguas; y existe riesgo de contaminación de cursos tanto superficiales como subterráneos a causa de sustancias vertidas por accidente o por un mal tratamiento de residuos, y pérdida y/o fragmentación de hábitats, que no siempre se solucionan con corredores biológicos.
Las obras y el funcionamiento del tren pueden producir alteraciones en el comportamiento de la fauna de la zona; riesgo de incendios tanto durante la construcción de las infraestructuras como durante el tránsito de trenes. ”Al constituir una división artificial, como lo es la ví­a del tren, podrí­an interrumpirse los corredores biológicos naturales de especies que transitan en los diversos tramos de la ruta. Surgimiento de asentamientos regulares e irregulares poblacionales. Afectación a la fauna y vegetación de las áreas naturales protegidas donde pasará la ruta del tren» de acuerdo al informe.
Greenpeace también cuestiona que el inicio de los trabajos durante la pandemia ”genera un estado de indefensión hacia quienes han manifestado su rechazo u oposición al proyecto, ya que ante la falta de normalidad en el funcionamiento de los tribunales, no tienen garantizada la posibilidad real de ejercer su acceso a la justicia para impugnar cualquier acto u omisión del proyecto».
Otro aspecto que no han querido ver los operadores polí­ticos del Tren Maya es el desplazamiento de familias, como sucede en Campeche, situación que documentó Periodistas de a pí­e con la pieza periodí­stica Sin plan ni reubicación, Tren Maya desplazará 300 hogares en Campeche, escrito por Arturo Contreras Camero. https://piedepagina.mx/sin-plan-ni-reubicacion-tren-maya-desplazara-300-hogares-en-campeche/
Por los barrios de Camino Real, Santa Lucí­a y La Ermita, en la ciudad de Campeche, atraviesa la ví­a férrea que será ampliada para la construcción del Tren Maya, pero en ese tramo viven unas 300 familias. Se trata de barrios formados desde la época de la colonia, hace 80 aí±os, sus abuelos y bisabuelos le regalaron al gobierno parte de sus terrenos para instalar las ví­as del ferrocarril, ahora ya les avisaron que tendrán que salirse de sus casas que serán demolidas para la ampliación de la ví­a férrea, pero no les han dicho a donde serán reubicados y como los indemnizarán.
Otra parte del patrimonio del pueblo de México que ya empezó a tener efectos negativos por la obra del Tren Maya, durante el ejercicio fiscal del 2019, fue la hacienda pública, pues este proyecto tuvo pérdidas fiscales 60 millones 763 mil pesos.
Un reporte de la Cuenta Pública, detalla que esta pérdida tuvo sus orí­genes en una mayor proporción de los gastos, con 82 millones 603 mil, contra el total de ingresos que obtuvo, que fueron de 21 millones 840 mil.
Del documento público se desprende que el proyecto ferroviario fue la lí­nea de negocio con mayores pérdidas dentro de la empresa de mayorí­a estatal, Fonatur Tren Maya.

Graciela Machuca

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