La Corea superconectada frente a la Corea incomunicada’

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Mientras que Corea del Sur disfruta de la conexión a Internet más rápida del mundo, en el régimen de Kim Jong

imageLa era de la información y de las tinieblas hace tiempo que se instaló en la pení­nsula coreana. En el sur, una sociedad hiperconectada con una penetración de Internet del 85,7%, en el norte, un Gobierno enrocado que apenas ofrece datos al respecto. La disparidad entre los dos lados del paralelo 38 respecto a las tecnologí­as de la información y la comunicación (TIC) resulta extrema. Mientras que en Pyongyang las tres uves dobles todaví­a resultan algo anecdótico para la gran mayorí­a de la población, los casos de adicción y otras patologí­as relacionadas con la red se han disparado en el paí­s presidido por Park Geun-hye.

Digital media city, el distrito dedicado a las últimas tecnologí­as en Seúl, es uno de los resultados del milagro económico que tuvo lugar en el paí­s oriental durante la segunda mitad del siglo XX. Los altos rascacielos de la zona acogen a grandes conglomerados coreanos como LG o Pantech. En uno de esos edificios, el S-Pex center, se acaba de abrir un estadio de deportes electrónicos que ocupa seis plantas, OGN e-Stadium. Un dí­a cualquier, el establecimiento está vací­o, pero en «dí­a de competición es difí­cil encontrar entradas», seí±ala un empleado que pulula por las instalaciones.

Las enfermedades relacionadas con la adicción a Internet se han convertido en un quebradero de cabeza para Seúl: algunos jóvenes adictos admiten que no son capaces de diferenciar entre mundo real y mundo online

El enorme crecimiento de los deportes electrónicos en Corea del Sur -junto a China el mayor mercado de este sector- sirve como indicador de una sociedad que vive por y para la red. El paí­s cuenta con los jugadores mejor pagados del mundo. Más de la mitad de la población juega a videojuegos en lí­nea a diario. No es de extraí±ar que el sur cuente con la conexión a Internet más rápida del planeta, 26,7 megabits por segundo. La pasión por la red ha generado nuevas oportunidades de negocio, pero también una ”brecha generacional en la sociedad», apunta el profesor del departamento de sociologí­a y estudios sobre ciencia, tecnologí­a y sociedad de la Universidad Nacional de Seúl, Suh Yi-Jong. ”La rápida expansión y el extendido uso de la red han creado varias patologí­as», aí±ade este especialista. Suh se refiere mayormente al fenómeno de la adicción a Internet. Para paliar las consecuencias de este problema, el Gobierno metropolitano de Seúl aprobó la terapia de los «I will center». Estos establecimientos sirven como centros de desintoxicación para menores y adolescentes que ocupan gran parte de su tiempo frente al móvil y otros dispositivos.

A pocos kilómetros de Seúl, una vez se cruza el paralelo 38 y se llega al norte, la situación cambia por completo. Mientras el sur disfruta de la conexión más rápida del planeta, unos pocos miles de privilegiados que pueden acceder a Internet en el régimen de Kim Jong-un con apenas una velocidad 2 megabits por segundo. Entre esos privilegiados se encuentran los extranjeros que viajan a Corea del Norte, para ello solo necesitan una tarjeta SIM de la marca Koryolink. El resto son las élites del paí­s y miembros del Gobierno.

Pyongyang ofrece a sus ciudadanos conexión gratuita a su intranet, conocida como Kwangmyong. Todo el contenido de esta red está controlado por el Gobierno norcoreano. La población puede acceder a ella en espacios públicos donde existen ordenadores para su consulta, pero más allá de estos lugares, el acceso a Internet está restringido.

Mientras que, tal y como asegura el profesor Suh, ”el Gobierno de Corea del sur fue el que implementó la expansión de Internet» por debajo del paralelo 38, el Ejecutivo del norte parece desear todo lo contrario. Restringir el acceso a la información y controlar las comunicaciones parecen ser las estrategias de Kim Jong-un para perpetuar su poder. Arnold Fang, investigador sobre Asia Oriental para Amnistí­a Internacional, comentaba recientemente en un informe de la ONG que ”con el fin de mantener su control absoluto y sistemático, las autoridades norcoreanas están atacando a quienes utilizan teléfonos móviles para contactar con su familia en el extranjero».

Corea del Norte utiliza Internet con un propósito diferente, atacar a sus adversarios. Hace tan solo unos dí­as, los medios de comunicación informaban de un masivo ciberataque por parte de Pyongyang hacia su vecino del sur. Durante la ofensiva, el régimen de Kim Jong-un llegó a jaquear más 140.000 ordenadores de diferentes organismos del paí­s oriental, aunque finalmente la policí­a surcoreana frustró la agresión.

con información de el paí­s.com

 

Graciela Machuca

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