De banderas, constituciones y carnavales.

0

Dr. Eduardo Ariel Herrera Avila.

”Banderita, banderita, Banderita tricolor, Yo te doy toda mi vida, Y también mi corazón»

Así­ comenzaban los versos que, en algún momento de mi infan- cia (si, aunque lo duden algunos, tuve infancia) y bajo el yugo de un profesor muy nacionalista (quiero creer que era nacionalista y no huevón consumado buscan- do la forma de matar el tiempo y no dar clase), nos aprendimos un grupo de nií±os que no enten- dí­amos ni pizca del porqué le entregarí­amos nuestras vidas y corazones a un pedazo de tela pintada con tres colores diferen- tes; sin embargo, como buenos

y responsables alumnos que éramos, nos aprendimos esos versos para, después, recitarlos en cuanto festival se nos atrave- sara y nuestro noble, abnegado y comprometido profesor, pudiera salir avante ante las exigencias de sus intolerantes superiores, que no entendí­an el hecho de que los festivales solo quitaban tiempo valioso a la noble tarea de enseí±ar.}

Hoy, a más de dos déca- das de distancia, aun me sigo preguntando ¿Por qué carajos me hicieron aprenderme unos versos que me hací­an sentir Juan Escutia e incitaban a tomar la bandera y aventarme del techo de la escuela? acaso ¿No imaginaron un accidente ante la inminente actitud de nacionalismo que se creaba en un nií±o de 7 aí±os?… en fin, afortunadamen- te eso nunca sucedió y, con el paso de los aí±os, esos versos se quedaron marcados en nuestras memorias, sirviendo (inclusive) para ser modificados y hacer mofa de algunos apellidos que nos causaban gracia; pero del nacionalismo. ¡Nada!

Durante mis siguientes aí±os, en este mundo, comencé a oí­r hablar de un documento al que muchos temí­an, pero que muy pocos respetaban… Mis padres, tratando de no ser prófugos de la justicia, acataban sus mandatos y, gracias a uno de ellos, debí­an luchar todos los dí­as por conven- cerme de ir a la escuela; la cual, dicho sea de paso, es ”Laica, obligatoria y gratuita». Debo decir, que no me hizo gracia el saber que no solo la primaria serí­a gratuita, sino hasta la secundarí­a, eso implicaba tres aí±os más de negociaciones maí±aneras, las cuales siempre perdí­a.

Otra de las cosas que podí­as encontrar en el documento en cuestión, era el hecho de que es- taba regulado el uso (y mal uso) de nuestros sí­mbolos patrios, entre ellos, Nuestra Bandera tricolor, si, esa a la que debí­a entregarle mi vida y mi corazón. Sin embargo, a pesar de que recibirí­a nuestra vida y corazón, no ción del que debiera ser nuestro podí­amos portarla en las cosas documento rector, ese que todos

que usamos cotidianamente sin arriesgarnos a un castigo judicial en el que perdiéramos dinero (tan necesario en nuestros dí­as) o nuestra libertad; pero a pesar de todo, debemos emular el acto he- roico de un cadete del siglo ante- pasado (que insisto, debió estar bajos los influjos del Dios Baco) y dar nuestra vida por defenderla si es necesario. Pero bueno, esas son nuestras leyes y la forma en cómo creen que se conseguirá sentirse muy mexicano.

Este mes celebraremos, como cada aí±o y en un evento ”muy bonito», el fervor y respeto que tenemos a nuestro sí­mbolo patrio; ese del que desconocemos su historia u orí­genes, pero que los nií±os de primaria o secundaria, verán desfilar comenzando con el estandarte de la virgen de Guadalupe tomado por el cura Hidalgo como sí­mbolo de lucha y tesón, seguido por todas esas representaciones de nuestros dirigentes que le dieron colores, formas y emblemas diferentes, que cerraron y abrieron las alas del águila, que la coronaron y la volvieron plebeya de nuevo, todo, porque así­ lo decidieron ellos.

También celebraremos un aniversario más de la promulga temen y sin embargo pocos aca- tan… ese documento al que los nií±os temen más que al ”coco» (por lo de la obligatoriedad) y que los adultos utilizan en cualquier cantidad de frases para justificar el que nos los puedan obligar a cualquier cantidad de acciones.

Este mes está lleno de fiestas, sin embargo, creo una llama más la atención y hace sentirnos más mexicanos, sobre todo, mas quintanarroenses que el baile del ”Maya-Pax», es la fiesta dedicada a la carne y al dios baco, la del ”carnivale» o fiesta de la carne. ¡¡El Carnaval! ¡¡¡¡Yepa!!!!… así­ que, como cada aí±o, a sentirnos orgullosos de los majestuosos tra- jes que portarán las reinas, reyes y compaí±í­a en Cozumel, Cancún o Chetumal… a disfrutar de todas los eventos (para presentar a los que presentaran a los candidatos, para presentar a los candidatos, para presentar a los finalistas, para presentar a los reyes, y de- más fiestas y pre fiestas je).

A todos, felices fiestas de febrero, por cierto, no olviden… ”El amor es el más grande observador», así­ que a observar y amar; ¡¡¡Feliz dí­a del amor y la amistad!!! También… ui, una fiesta más je.

Graciela Machuca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *