El Engaí±o de empresarios turisticos de Quintana Roo; el «Fin de Aí±o Maya»

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Graciela Machuca

Nuestros ancestros mayas nos dejaron una extraordinaria herencia cultural que maravilla a propios y extraí±os por igual, desde quienes los estudian con fines cientí­ficos para conocer las razones que originaron tan portentosa civilización, hasta aquéllos que se han aprovechado de su legado, tergiversando sus conocimientos, para obtener ganancias económicas.

Desde que a alguien se le ocurrió la idea de que según el calendario largo de los mayas, el 21 de diciembre del 2012 se acabarí­a el mundo, como cascada comenzaron a salir libros, pelí­culas y toda clase de artí­culos periodí­sticos que hací­an alusión a la fecha fatal.

Claro que semejante filón de oro no iba a pasar desapercibido para los empresarios del ramo turí­stico, que vieron en ese engaí±o mediático la manera de hacerse de una buena cantidad de dólares, por lo que inventaron el ”Aí±o Maya», que de todos modos parece que no les redituó tantas ganancias como pensaban.

Es cierto que el sector turí­stico tiene el derecho de buscar la forma de promocionar sus destinos con el propósito de allegarse de turistas, extranjeros en su gran mayorí­a, sin embargo, para los mayas actuales, herederos de una de las culturas más impresionantes de la antigí¼edad, no debe parecerles muy positivo que se les siga utilizando para fines económicos que no les benefician.

Los mayas nunca predijeron el fin del mundo, lo que sí­ aseguraron es que el 21 de diciembre de este aí±o, serí­a el cierre calendárico del denominado 13 baktún, para dar inicio a otra cuenta calendárica que según seí±alan en sus documentos antiguos, será de gran armoní­a para la humanidad.

Pero como ha ocurrido siempre cuando de nuestras civilizaciones ancestrales se trata, el afán mercantilista se ha impuesto nuevamente, frivolizando una fecha tan significativa para los mayas de ayer y los de hoy. El invento del fin del mundo es una simple patraí±a para vender una idea catastrófica, que no forma parte de la cosmogoní­a de nuestros antepasados.

Si al menos los herederos de los mayas que ancestralmente han vivido en condiciones de marginación y atraso resultaran beneficiados, estarí­amos hablando de otra cosa, pero no es así­.

Los mayas de hoy son utilizados para generar riqueza que nunca llega a sus manos, pero el pretexto es el mismo: hurgar en el pasado para tratar de encontrar algo que comercializar con fines de lucro.

Graciela Machuca

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