Sexenio de Calderón: 71 mil ejecuciones: Semanario Zeta

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En el ”triángulo dorado» de ”El Chapo», 36 por ciento de los muertos

* 109 mil 142 homicidios dolosos y culposos clasificados por el gobierno federal como ”Sin Datos» y ”Otros».

* ”109 mil homicidios nos dejan perplejos, pero por otro lado, nos deja en una situación en que seguramente son muchí­simos más, porque tenemos mucha gente desaparecida que no sabemos dónde estờ: Hermana Consuelo Morales, defensora de los Derechos Humanos en Nuevo León.

* El desprecio por las ví­ctimas en el gobierno calderonista: CNDH, que dirige el panista Raúl Plascencia, reconoce sólo 111 muertes de civiles en 2010 y 43 en 2011.

* Efecto cucaracha: En Chihuahua, Sinaloa y Baja California disminuyen ejecuciones en 2011 en relación con 2010, pero aumentan drásticamente en Nuevo León, Guerrero, Estado de México, Jalisco, Coahuila, Tamaulipas y Veracruz.

* Ningún candidato presidencial se compromete a investigar las 71 mil ejecuciones, menos los 109 mil homicidios ”Sin Datos» y ”Otros».

* ”Cuando este paí­s se encuentre con un grupo criminal en alianza con otro consolidado, como (el Cártel de) Sinaloa, consolidado con varios grupos adicionales, nos vamos a encontrar con que la violencia va a ir bajando»: Edgardo Buscaglia.

* Baja California, cuarto lugar nacional, con 4 mil 210.

Enrique Mendoza Hernández

Balaceados, decapitados, colgados, desmembrados, encajuelados, enteipados, con tiro de gracia, con narcomensajes, incinerados, desechos en ácido y desenterrados de narcofosas, aparecen todos los dí­as en las 32 entidades federativas. Son ejecutados con las caracterí­sticas propias del narcotráfico y el crimen organizado.

En lo que va del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, 71 mil personas han perdido la vida en condiciones de violencia, producto de la inseguridad provocada por los cárteles de la droga.

Recurriendo como metodologí­a a la consulta de tarjetas informativas de las procuradurí­as estatales y de la federal; policí­as estales y municipales, Sistema Nacional de Información, registros hemerográficos en los estados y a Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) del paí­s, ZETA llegó a la conclusión que en cinco aí±os y medio del administración del Presidente Felipe Calderón, han ocurrido en México 71 mil 804 ejecuciones relacionadas con grupos criminales que disputan el territorio mexicano para el trasiego y venta de droga. La cifra incluye lo que el gobierno calderonista clasifica como ”Ejecuciones», ”Enfrentamientos» y ”Homicidios-Agresiones». Así­ la estadí­stica aí±o por aí±o:

2007: 2 mil 826 ejecuciones.

2008: 6 mil 837.

2009: 11 mil 753.

2010: 19 mil 546.

2011: 24 mil 068.

Al 30 de abril de 2012: 6 mil 774.

En total, 71 mil 804 entre el 1 de enero de 2007 al 30 de abril de 2012. La cifra corresponde al 80.5 por ciento del total de 89 mil 114 homicidios dolosos que el Sistema Nacional de Información reporta en ese mismo lapso.

Hay que recordar que cuando Alejandro Poiré informó, el 12 de enero de 2011, que durante 2010 sucedieron 15 mil 273 asesinatos vinculados con el crimen organizado de un total de 20 mil 127 homicidios dolosos reportados por la Secretarí­a de Seguridad Pública Federal, el funcionario federal reconoció tácitamente que el 75.88 por ciento correspondí­a a crí­menes relacionados con el narcotráfico.

Los anteriores son los muertos oficiales, lamentablemente las autoridades tanto estatales como federales, prefieren ocultar la cifra real ante la comunidad mexicana e internacional.

Los muertos que le estorban al Presidente

Sobre todo en los últimos dí­as, el Presidente Calderón ha dado la batalla para que se continúe -en la siguiente administración- su estrategia contra los cárteles de la droga y la inseguridad. Que el Ejército Mexicano fue la estrategia tangible e inmediata, y que no se arrepiente de las medidas tomadas.

De lo que no habla el mandatario es de las bajas. De los ejecutados que contabilizados por estado, suman más de 71 mil.

Presionado por los medios de comunicación, el gobierno de Calderón, a través de la Procuradurí­a General de la República (PGR), tuvo que reconocer de manera ”preliminar» la cantidad de 47 mil 515 ejecuciones al 10 enero de 2012; no obstante, las cifras ”preliminares» correspondí­an al cierre de septiembre de 2011. De hecho, las estadí­sticas de 2007, 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012 del Sistema Nacional de Información, llevan la leyenda ”preliminar».

Lo cierto es que, de tantos muertos, ya no les salen las cuentas. No se ponen de acuerdo. Ni el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) del gobierno federal, ni el Instituto Nacional de Estadí­stica, Geografí­a e Informática (INEGI). Tampoco las procuradurí­as estatales ofrecen las mismas cantidades en cuanto a homicidios dolosos en México durante el sexenio calderonista.

Sólo por citar un ejemplo: el Sistema Nacional de Información reconoce 60 mil 148 homicidios dolosos ocurridos entre 2007 y 2010, mientras que en ese mismo lapso, el INEGI reporta 70 mil 968 homicidios dolosos. Haciendo cuentas, la parte administrativa de la seguridad en el gobierno del Presidente Felipe Calderón desconoce 10 mil 820 homicidios dolosos ocurridos entre 2007 y 2010.

”Una vez más nos revelan el gran desorden que traen, se refleja esta gran desorganización que hay en los datos. Por eso también la ciudadaní­a cada vez tiene menos confianza en los datos que nos da el Sistema Nacional de Información; pero siempre van a la baja sus números. La Secretarí­a de Seguridad Pública menciona 60 mil, y el INEGI menciona 70 mil. Estamos en una situación donde ya no les podemos creer nada porque no hay un profesionalismo, no contamos con hombres con ética, y definitivamente lo que nos está pasando es que estamos viendo cada vez más muertes, cada vez más violencia, y no vemos ni un ápice de que haya una seriedad en el trabajo que realizan de transparencia», explica a ZETA la Hermana Consuelo Morales Elizondo, directora de la asociación civil Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos (www.cadhac.org) en Monterrey, Nuevo León.

Otro claro ejemplo de cómo el gobierno federal está siendo rebasado en el registro de las ejecuciones, es que mientras en las procuradurí­as y fiscalí­as estatales reportan una cantidad, el Sistema Nacional de Información da otras cantidades; menores, por supuesto.

Por ejemplo, la Fiscalí­a General del Estatal de Chihuahua reportó oficialmente el 28 de noviembre de 2011 la cantidad de 16 mil 456 homicidios dolosos ocurridos del 1 de enero de 2008 al 31 de octubre de 2011; mientras tanto, el Sistema Nacional de Información da cuenta oficialmente de 11 mil 588 en el mismo lapso, y en el mismo rubro de homicidios dolosos. Existe entonces una diferencia de 4 mil 868 homicidios dolosos no reportados por el Sistema Nacional de Información.

Es más, el 11 de marzo de 2012, la Fiscalí­a General del Estado de Chihuahua reportó oficialmente 4 mil 014 homicidios dolosos ocurridos en 2011; mientras tanto, el Sistema Nacional de Información registra 3 mil 039; es decir, nada más en el estado de Chihuahua, el Sistema Nacional de Información no reporta por lo menos 975 cadáveres.

A pesar del discurso triunfalista tanto del gobierno federal como estatal, de que en aquella entidad ha sido éxito el llamado Operativo Conjunto Chihuahua, lo cierto es que sigue siendo la más sangrienta en el sexenio federal.

Los más sangrientos: Cártel de Sinaloa y Los Zetas

De las 71 mil 804 ejecuciones ocurridas en el sexenio del Presidente Felipe Calderón, vinculadas con el crimen organizado, éstas han ocurrido tanto en estados gobernados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido Acción Nacional (PAN), como por el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Chihuahua concentra el 21.6 por ciento, con 15 mil 513, y es gobernado por el PRI. Sinaloa, con 7 mil 221 ejecuciones, por el PRI. Guerrero, con 6 mil 106, es gobernado por el PAN y PRD. Baja California, con 4 mil 210, gobernado por el PAN; y el Estado de México, con 3 mil 894, es gobernado por el PRI.

Precisamente en esas entidades, sostienen la lucha por el territorio el Cártel de Sinaloa contra el Cártel de Los Zetas, el primero comandado por la mancuerna criminal de Joaquí­n Guzmán Loera e Ismael Zambada; el segundo por Heriberto Lazcano y Miguel Trevií±o Morales.

Organizaciones criminales las dos, que no han sido desmanteladas por el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, como sí­ ha sucedido con otras estructuras delincuenciales que han sido mermadas por detenciones, como es el caso del Cártel de los Beltrán Leyva, La Familia o el de los Arellano Félix (CAF).

Las otras entidades que concentran el mayor número de ejecuciones producto del crimen organizado y la lucha emprendida por Calderón, donde también predomina el poderí­o criminal del Cártel de Sinaloa y Los Zetas, son:

Nuevo León, 3 mil 894; gobernado por el PRI.

Durango, 3 mil 213; gobernado por el PRI.

Jalisco, 3 mil 156; gobernado por el PAN.

Distrito Federal, 2 mil 837; gobernado por el PRD.

Michoacán, 2 mil 787; gobernado por el PRI, antes por el PRD.

Tamaulipas, 2 mil 733; gobernado por el PRI.

Sonora, 1 mil 910; gobernado por el PRI.

Coahuila, 1 mil 595, gobernado por el PRI.

De los estados más sangrientos, ZETA también desprendió las siguientes conclusiones:

De las 71 mil 504 ejecuciones, los anteriores 13 estados concentran la cantidad de 58 mil 840, cantidad que representa el 81.9 por ciento.

Asimismo, de las 71 mil 804 ejecuciones, 25 mil 947 corresponden al ”Triángulo Dorado» formado por Chihuahua, Sinaloa y Durango; esos tres estados concentran más de la tercera parte de ejecuciones, concretamente, el 36 por ciento. Territorios conocidos por ser controlados por el cártel de ”El Chapo» Guzmán, el narcotraficante más buscado de los Estados Unidos, catalogado como el más rico del mundo en el área criminal.

Finalmente, los estados de la frontera, noroeste, norte y noreste conformados Chihuahua, Sinaloa, Baja California, Nuevo León, Durango, Tamaulipas, Sonora y Coahuila, concentran 40 mil 60 ejecuciones, es decir, en esas ocho entidades federativas se concentra el 55 por ciento.

El desprecio por las ví­ctimas de la guerra de Calderón

El actual sexenio federal también se ha caracterizado por minimizar las muertes de civiles que su propia administración llama ”daí±os colaterales»: Nií±os, estudiantes, empresarios, periodistas, activistas sociales.

El gobierno del Presidente Calderón primero reconoció: ”90 por ciento de bajas está en la delincuencia organizada. Sólo un 10 por ciento de esas bajas son de las instituciones y de blancos civiles», informó la Secretarí­a de Gobernación en abril de 2010. Esa ha sido la postura del gobierno calderonista.

En estas condiciones, de lo documentado por ZETA, 71 mil 804 muertes, el 10 por ciento de ”blancos civiles» serí­an 7 mil 804. No hay autoridad estatal ni federal que informe sobre la cantidad real de ví­ctimas civiles en el sexenio que agoniza.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) que dirige Raúl Plascencia, informó el 26 de enero de 2011, que en 2010 nada más 111 personas murieron en medio de la guerra del Presidente Calderón; y de plano, el 25 de enero de 2012 la CNDH informó que en 2011, 43 civiles fallecieron durante enfrentamientos entre grupos delincuenciales y fuerzas de seguridad.

De acuerdo con la CNDH, 5 mil 397 personas han sido reportadas como extraviadas nada más en la administración de Calderón, y 8 mil 898 cadáveres no identificados.

Asimismo, la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) de Chihuahua documentó 12 mil nií±os huérfanos por la violencia en Ciudad Juárez, 120 mil personas desplazadas por la violencia según información de la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados, y más de 40 mil mexicanos piden asilo polí­tico, de acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

109 mil cadáveres ”Sin Datos» y ”Otros»

El gobierno del Presidente Felipe Calderón y de los estados en el sexenio federal que termina, fueron rebasados no sólo en el registro cuantitativo de ejecuciones ocurridas; también en la identificación de cadáveres.

De las 71 mil 804 ejecuciones registradas por ZETA durante cinco aí±os y medio, clasificadas por el Sistema Nacional de Información como homicidios dolosos cometidos ”Por Arma de Fuego», ”Por Arma Blanca», ”Sin Datos» y ”Otros», 30 mil 957 corresponden a los rubros ”Sin Datos» y ”Otros». Es decir, no se sabe la identidad del 43 por ciento.

Los homicidios ”Sin Datos» y ”Otros», así­ clasificados por el Sistema Nacional de Información, no únicamente pertenecen al rubro de dolosos, sino que, de plano el gobierno de Calderón también los amontona en el rubro de homicidios culposos.

Resulta que en el actual sexenio federal, 78 mil 185 cadáveres fueron arrojados al rubro de homicidios culposos ”Sin Datos» y ”Otros».

En pocas palabras, 109 mil 142 homicidios dolosos y culposos han sido clasificados por el gobierno federal como ”Sin Datos» y ”Otros».

Ante la gravedad del gobierno al clasificar 109 mil 142 cadáveres como ”Sin Datos» y ”Otros», la Hermana Consuelo Morales explica a ZETA:

”Es una situación muy dolorosa. Estamos viviendo un grave retroceso a pesar de que el aí±o pasado constitucionalmente se aprueba la reforma constitucional de Derechos Humanos en junio de 2011; la verdad es que en la práctica esto no se ha venido reflejando en lo más mí­nimo. Cuando nos están hablando de 109 mil homicidios nos dejan perplejos, pero por otro lado, nos deja en una situación en que seguramente son muchí­simos más, porque tenemos mucha gente desaparecida que no sabemos dónde está, que no sabemos si ya la mataron o no, si fue la delincuencia organizada o con la complicidad de las mismas autoridades.

”La decisión del seí±or Calderón de cambiar la estrategia que tení­a en su campaí±a, de haber dicho que iba a ser el presidente del empleo’ por un presidente que nos quiso dar la seguridad, pues nos metió en una tendencia abismal donde vamos cayendo rápidamente en situaciones de mayor inseguridad. Hay un verdadero retroceso en el cumplimiento, en la concreción del respeto a los derechos humanos de la ciudadaní­a».

Asimismo, Edgardo Buscaglia, catedrático e investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y de la Universidad de Columbia, también opinó a ZETA sobre los 109 mil 142 homicidios dolosos y culposos en el sexenio calderonista, clasificados como ”Sin Datos» y ”Otros»:

”Es un sí­ntoma de debilidad de estado; es un sí­ntoma de que el estado no tiene capacidad de investigar, acusar, procesar homicidios; es el tipo de indicadores que yo veo en Afganistán, que veo en el norte de Pakistán, veo a veces en Sudán, en la zona del limí­trofe entre Sudán del Sur y Sudán. Es un sí­mbolo de estado débil. Homicidios Sin Datos’ es un nivel que se observa en estados el Sub-Saharan, en los paí­ses más pobres de Asia; es realmente  una vergí¼enza».

Efecto cucaracha

Ciertamente, en estados como Chihuahua, Sinaloa y Baja California disminuyó el í­ndice delictivo relacionado con homicidios dolosos vinculados con el crimen organizado en 2011, en comparación con 2010.

Concretamente, en Chihuahua, de 4 mil 375 ejecuciones registradas en 2010, al siguiente aí±o ocurrieron 4 mil 014; en Sinaloa pasaron de 2 mil 204 en 2010, a mil 913 al aí±o siguiente; y Baja California, de 992 ejecuciones registradas por este Semanario en 2010, en 2011 sucedieron 673.

Pero mientras en algunos estados disminuyeron las ejecuciones, en otros aumentaron drásticamente, entre ellos Nuevo León, Guerrero, Estado de México, Jalisco, Coahuila, Tamaulipas y Veracruz.

El ”efecto cucaracha» se registró en Nuevo León, estado donde más aumentaron las ejecuciones de un aí±o al siguiente: De 770 en 2010, en 2011 ocurrieron 2 mil 003. Hubo un incremento de mil 233 ejecuciones, que corresponde al 160 por ciento.

En Guerrero, de mil 376 ejecuciones ocurridas en 2010, al siguiente sucedieron 2 mil 158; 56 por ciento de incremento.

En el Estado de México, de 954 ejecuciones registradas en 2010, en 2011 ocurrieron mil 512; el aumento fue del 58 por ciento.

En Jalisco, de 793 ejecuciones contabilizadas en 2010, en 2011 fueron mil 222, lo cual representa el 54 por ciento de aumento.

En Coahuila, de 398 ejecuciones en 2010, al siguiente aí±o ocurrieron 735, por lo que el incremento fue del 84 por ciento.

Y finalmente, en Tamaulipas, de 780 ejecuciones registradas en 2010, sucedieron mil 108 en 2011; hubo un aumento del 42 por ciento. En Veracruz, de 345 ejecuciones documentadas en 2010, al siguiente aí±o hubo 654; el incremento fue del 89 por ciento.

La violencia va a ir bajando, pero eso no quiere decir que México no esté más invadido por grupos criminales: Buscaglia

De acuerdo con la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA), en estados como Nuevo León, donde las ejecuciones se dispararon  de 56 en 2009, a 770 en 2010; 2 mil 003 en 2011 y 650 en los primeros cuatro meses de 2012, la lucha entre el Cártel del Golfo, Los Zetas y Cártel de Sinaloa, dejará a una sola organización delictiva viva:

”Se ataca a Los Zetas o éstos defienden lo que ellos consideran su área de operaciones conocida como plaza; en este aí±o el nivel de confrontación con el Cártel de Sinaloa y del Golfo se ha incrementado, ahora tenemos el punto de no retorno: sólo un grupo quedará vivo», emitió recientemente un elemento de la DEA.

Por su parte, Edgardo Buscaglia, quien además es asesor del Instituto de Entrenamiento para el Mantenimiento de la Paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), explica a ZETA sobre el eventual fenómeno de decremento de homicidios, como ya sucedió en Chihuahua, Sinaloa y Baja California:

”Los homicidios pueden bajar a niveles muy históricamente mí­nimos y como en el caso de Rusia donde los homicidios organizados bajaron mucho desde la época de Yeltsin, y sin embargo el paí­s está mucho más mafiocratizado que antes, con el presidente Putin. O sea que no caigamos en la idea de que porque haya menos homicidios organizados, la polí­tica va a tener éxito. Obviamente todos queremos que haya menos homicidios, pero el homicidio organizado no es un indicador de fracaso o de éxito de una polí­tica en general.

”Cuando este paí­s se encuentre con un grupo criminal en alianza con otro consolidado, como (el Cártel de) Sinaloa, consolidado con varios grupos adicionales, nos vamos a encontrar con que la violencia va a ir bajando, pero eso no quiere decir que México no esté más invadido por grupos criminales, por delitos económicos, extorsión, secuestro, piraterí­a, contrabando o fraude, que van a seguir aumentando, a pesar que los homicidios van a bajar».

El investigador concluye: ”Lo que estamos viendo lamentablemente es que ninguna de las medidas que en este momento estamos viendo implementarse, o que se hayan sugerido en las plataformas de los candidatos, esté dando ningún tipo de luz al final del túnel».

Graciela Machuca

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