Mayas utilizaban biotecnologí­a antes de que llegaran los espaí±oles

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Previo a la Conquista, los pueblos indí­genas usaban al menos siete procesos que permití­an transformar alimentos y materiales.

Agencias
Mí‰RIDA, Yuc.- La biotecnologí­a estaba desarrollada por los mexicanos antes de la llegada de los espaí±oles, cuyas evidencias se muestran en siete elementos, afirmó el coordinador de Agrociencias del Centro de Investigación Cientí­fica de Yucatán (CICY), Alfonso Larqué Saavedra.

Recordó que antes de la conquista espaí±ola, en México los mayas tení­an su propio calendario, escritura, los códices, la invención del cero y domesticación de algunas plantas medicinales.

Al impartir la charla ”Biotecnologí­a Prehispánica« en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Campeche, dijo que es tiempo de difundirle a la sociedad que si habí­a biotecnologí­a antes de la llegada de los espaí±oles.

La primera evidencia, dijo, es la producción de la enzima papaí­na, los ancestros enredaban los trozos de carne en hojas de papaya o le adherí­an pedazos de los frutos, de los que se exudaba una sustancia blanquizca.

La enzima responsable de este efecto es una proteasa muy estable que tolera temperaturas de hasta 65 grados antes de desactivarse, por lo que fue posible enviarla a Espaí±a y su utilización fue prácticamente inmediata en toda Europa.

La segunda tecnologí­a es la nixtamalización, fundamental en el procesamiento del grano del maí­z del que se obtiene la masa para tortillas, esta tecnologí­a se utiliza en la actualidad, casi sin modificación. Existen numerosas tesis de estudiantes mexicanos que la analizan y se sigue publicando sobre la misma.

La tercera tecnologí­a en el orden es el conocimiento y aplicación de la fermentación que debió haber sido muy avanzada, un caso especí­fico de su uso era el de la fermentación del agua miel que obtiene de los magueyes, para la obtención del pulque.

Cuarta, la tecnologí­a de la fermentación también se aplicaba al fruto del cacao, previo al tostado de las semillas, para lograr el producto de gran demanda internacional, que es el chocolate.

La quinta tecnologí­a fue la obtención de pigmentos, mismos que tení­an y siguen teniendo gran demanda, y que se obtení­an a partir de la grana cochinilla o del palo de tinte, entre otros.

La comercialización y demanda de los pigmentos fue tan elevada que en el siglo XVIII se colocó, después de la minerí­a, en el segundo producto de exportación de nuestro paí­s.

La sexta tecnologí­a fue la generada del conocimiento del proceso de curtidurí­a de pieles a partir de los taninos extraí­dos de las cortezas de los árboles de encino.

Esta técnica permitirí­a a la Nueva Espaí±a que, para el fin del siglo XVI, se enviaran a Espaí±a cerca de 80 mil cueros de ganado vacuno al aí±o.

La séptima de las tecnologí­as es la elaboración de pócimas, extractos, que preparaban a partir de las plantas que ahora se llaman medicinales y que se utilizaban para atender los males de la población indí­gena.

Larqué Saavedra dijo que en la actualidad no existe mejor opción que apostarle a la ciencia, a la que, dijo, se debe duplicar el presupuesto, al encontrarse en una urgente necesidad de contribuir a la sociedad del conocimiento, se debe apuntalar en cosas que tratan de resolver el problema.

Seí±aló que mientras México no tenga un proyecto ”bandera» de gran visión, habrá proyectos pequeí±os, pero tardará mucho tiempo llegar a donde se quiere, por lo que urge sumar a todos los investigadores y cientí­ficos a tratar de resolver un tema como palanca de desarrollo.

Consideró que al Parque Cientí­fico y Tecnológico de Yucatán se le debe considerar como un proyecto bandera, donde se han integrado diversos centros de investigación, universidades y empresas, que tendrán como investigadores a los mismos estudiantes de posgrado.

(Con información de Notimex)

Graciela Machuca

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