Zona Maya: Santa Amalia, en pobreza extrema

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SANTA AMALIA, FELIPE CARRILLO PUERTO, 30 de octubre.- A pesar de estar distante a escasos 32 kilómetros de la cabecera municipal, la comunidad de Santa Amalia se encuentra sumida en la pobreza extrema, los lugareí±os tratan de subsistir con lo que escasamente produce la tierra, algunos de los nií±os asumen la tarea de un adulto, tal como el nií±o ”Jorge» que a pesar de sus escasos 12 aí±os, junto con sus hermanos de seis, cinco y dos aí±os, acuden por la leí±a en la selva, para que su madre o hermana pudiera prender el fogón para preparar los alimentos o para calentarse un poco de la ”heladez» que impera por las madrugadas.
La comunidad indí­gena de Santa Amalia se encuentra ubicada al norte del municipio a por lo menos 26 kilómetros rumbo a Tulum, para luego desviarse en un camino vecinal, de por lo menos seis kilómetros, que hoy en dí­a se encuentra en deplorables condiciones ya que la lluvia ha deslavado el sascab que cubrí­a las piedras, además se cuenta con enormes hoyos y fango, lo que hace difí­cil el tránsito vehicular por este camino.
En esta localidad radican por lo menos 60 personas, que en su mayorí­a cuentan con viviendas hechas con material de la región e impera la pobreza extrema, pese a que los lugareí±os tratan de hacer producir la tierra para poder vender lo que cosechan para llevar el pan a la mesa.
En esta localidad radica una familia que es la del nií±o Jorge ”N» de escasos 12 aí±os de edad, que hoy en la maí±ana acudió al monte junto con sus tres hermanos menores, entre estos una nií±a de escasos seis aí±os para cortar la leí±a para que su madre pudiera encender la fogata y preparar la comida del dí­a.
El nií±o Jorge salió de su casa junto con sus hermanos, desde a las diez de la maí±ana, para adentrarse a la selva, portando un machete y una carriola que adaptó como ”diablito» donde acomodó por lo menos dos tercios de leí±a, la nií±a de escasos seis aí±os mencionó ”yo también ayude a acomodar la leí±a en el carrito». Por lo que luego de tener bien cargado el carrito, junto con sus hermanos de dos y cinco aí±os, además de la nií±a, lo ayudaron a empujar el carrito para poder extraer la leí±a del monte hasta llegar a la orilla del camino.
Para luego enfilarse a Santa Amalia, donde está su vivienda, y se encuentra una de sus hermanas, puesto que sus padres estaban fuera de casa, trabajando. Los nií±os regresaron a casa luego de las 12 horas con 30 minutos. Tal como refiere el nií±o Jorge ”esta leí±a nos va a tardar toda una semana, para que mi mamá o mi hermana prendan el fogón para preparar la comida o en su caso nos pudiéramos calentar un poco del intenso frí­o por las noches».
Este nií±o, junto con sus hermanos, ante la pobreza extrema que impera en la comunidad, se ven obligados a trabajar como personas adultas, al tener ese compromiso, como es el de dotar la casa de leí±a para la preparación de los alimentos, cuando en muchos de los casos, nií±os de esta edad, aparte de ser enviados a la escuela, desde muy temprana edad empiezan a cometer faltas, puesto que saben que en casa sus padres mantienen cubiertas sus necesidades.

Graciela Machuca

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